Un año de amor

un año de amor

Estoy nerviosa… escribo y borro, y vuelvo a escribir… quiero hacerlo de manera muy especial, porque la ocasión lo merece, pero las palabras no paran de revolotear pidiendo que las elija y con la emoción me cuesta mucho.

Yo creía que hoy hacía un año que había empezado nuestra historia de amor, con este «¿quieres salir conmigo?», pero a lo mejor tú y yo no nos conocimos ése día, sino este otro, o éste… ¿tal vez éste? Son cosas del amor 2.0… yo creo que está en el aire porque ahora va a través de wifi :)

De todas formas no es tan importante la fecha, sino que nos hemos conocido y enamorado. Tú de mis palabras y la ilusión que las alimenta, y yo de tu mirada y el latido de tu corazón al leerlas. Ya sabes cómo es esto de estar enamorado… no sabes muy bien qué ve la otra persona en ti, tú que eres tan poquita cosa, pero ésa es la magia del amor, la generosidad del que da sin darse cuenta. Me encantaría que siguiese siendo así toda la vida: yo sin saber dónde está eso que te hace volver y tú sin ser consciente del efecto que tiene tu respuesta en mí…

De todas formas, te susurraré palabras de amor en este día de nuestro aniversario, a la luz de la pantalla y con la música de las teclas de fondo… ¿lo oyes? están tocando nuestra canción… ¿bailas?

Yo he bailado con cada comentario en los posts… he reído, me he emocionado, he dado saltitos al leerlos… siempre, siempre, una sonrisa al verlos aparecer. Me encanta contestar a ese pedacito de ti.

He bailado con cada e-mail… me lo has enviado con timidez creyendo que no nos conocíamos, pero tu historia y la mía, nuestros sentimientos, tienen tanto en común… ¿sabes que guardo esos e-mails en una carpeta que se llama ‘Gracias‘? Al blog, a ti por escribirme…

He bailado con cada whatsapp en el que me dices «Preciosa la entrada de hoy, Ana. Me ha encantado»… me alegra que no me veas, porque tanta sonrisa acabará en arruga y no sé si te gustaré  entonces :) También ahí me has abrazado, cuando yo era muy crítica conmigo misma, o cuando no estaba segura de lo que entenderías al leer… me he sentido privilegiada al contar con tu consejo.

He bailado cada vez que en mi móvil parpadea la luz azul que anuncia que me sigues en Instagram, Facebook o Twitter. Sé que a veces las redes sociales enturbian nuestra relación, que me roban tiempo que no dedico a escribirte, pero por otra parte creo que nos enriquece, que puedo compartir contigo un trocito de nuestro día a día, una imagen, un pensamiento, alguna tontería divertida de la Refamilia.

He bailado hasta cuando no me has dicho nada… pero es que entre nosotros no hace falta… entrar en las estadísticas y ver que has leído del tirón 30 páginas del blog es más que prueba de tu amor. Siempre tengo miedo de decepcionarte en alguna página, pero me tranquilizo diciéndome que serás indulgente con mis días y no te quedarás en el detalle, sino en lo importante que nos une.

A veces nos ha presentado un amigo común y nuestra historia empieza en la confianza de no ser ya dos desconocidos… Nuestro primer celestino fue Hello!Blogging, que me hizo despertar a este nuevo amor, madurar, ser mejor amante… El segundo fue una mujer generosa que esta misma tarde voy a abrazar y que lo mismo hace que se me salten las lágrimas (mis Eleven, ¡por fin vamos!); fue aquí, ¿te acuerdas? Pero a lo mejor no nos presentaron entonces, a lo mejor nos presentó el hombre que teje ovillos para mí y me hace las etiquetas más bonitas que una barra de blog pueda tener; quizá las mejores Malasmadres del mundo nos presentaron en su entrevista, y ahí nos enamoramos… A lo mejor ha sido desde un comentario que dejé en el blog de mi querida Madre Tigre, o buscando respuestas a preguntas de padres descasados en Google. A lo mejor hemos compartido entusiasmo en un curso, somos refamilia por parte del Cielo, nos conocemos de toda la vida o resulta que nuestros hijos van al mismo cole, pero poco importa. Estás aquí y mi amor por ti es el mismo que aquel día…

«Nosotros también somos una refamilia»

«Soy una estrella»

«Somos dos minifamilias»

«Acabamos de decirle al niño que nos descasanos»

«Me has dado fuerza para seguir adelante»

«Cuando llevo a mis hijos de la mano, les doy apretones para decirles que les quiero»

¿Eres consciente del efecto que causan en mí tus palabras? ¿sabes cómo hacen que sienta que todo esto merezca la pena? ¿sabes cómo hace que me maraville de lo que estamos creando tú y yo? Y ha habido tantos mensajes, tantas emociones, tantos momentos… aunque no los ponga todos, no olvido ninguno.

Siempre pienso «Gracias, gracias, gracias por leerme…» pero no voy a decírtelo hoy, no voy a darte las gracias porque aunque nunca entendí muy bien la frase de «Amar significa no tener que decir nunca lo siento«, sí que creo que amar es no tener que dar gracias, porque amor con amor se paga, y yo seguiré aquí, enamorada de ti… Aunque tarde en contestarte, aunque los días no me dejen escribir, aunque pasen los días y creas que me olvidé, aquí estoy, loca de amor, esperando una oportunidad para regalarte palabras que son más que palabras.

Feliz aniversario. Brindo contigo por muchos más años de amor refamiliar compartido.