cosas de mayores

Éste es el cajón donde guardamos las cosas de mayores, esas que nos preocupan como individuos, como padres, como pareja o como ex-pareja. ¿Le damos una vuelta más a eso que no nos deja dormir por las noches? (se incluye algún gin-tonic :)

Platos y vasos descabalados

secado portada

Cuando el Cielo y yo nos atrevimos a protagonizar la mayor mudanza de la historia, en una cocina sembrada de cajas, rescatamos dos vajillas, dos cuberterías y dos cristalerías igual de apreciadas por sus respectivos dueños.

Yo aporté mi vajilla de cristal bicolor: los platos llanos son verdes y tienen unas flores rosas que crecen enredándose, así que combiné el resto de platos comprando la mitad rosa y la otra mitad verde, tanto en platos hondos como de postre. El Cielo trajo su vajilla blanca y lisa, de loza sencilla y resistente, con sus platos brillantes e iguales entre sí.

En los platos floreados, yo servía a los niños grandes dosis de imaginación, ingenio y alegría, y comiendo en ellos, los Soles crecieron como hermanos, compartiendo todo. Aprendieron a colocarlos en la mesa, a contar cucharadas y a negociar las últimas.

A las niñas sobre sus platos blancos, el Cielo les ofrecía dedicación y constancia, y las Estrellas se alimentaban valorando el esfuerzo y respetando las formas, esperando a que se los llenasen y saboreando comidas sencillas.

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El cumpleaños de la Refamilia

Papá, ¿puedo decir que el Segundo Sol y yo somos hermanos?” Pego un frenazo en seco con cuatro toallas en pila entre las manos. La Estrella Mayor estaba haciendo deberes no muy concentrada, parece :)

Mi desvergonzada antena capta la respuesta del Cielo: “Bueno, puedes hacerlo, pero sabes que no sois hermanos…

¿Y hermanastros?” Es sorprendente cómo los niños dan significados bonitos a palabras feas… La verdad que vienen ya demandando alguna forma de llamarse entre ellos, porque lo de ‘amigos’ se quedó corto hace mucho y lo de ‘vivimos juntos’ cuando se presentan a otros, también (es un lío contarle a la gente lo que somos, la verdad. A ver cuando la RAE nos incluye en su Diccionario :)

Lo que quieras, pero seréis hermanastros de verdad cuando Ana y yo nos casemos” Ingeniero, me lo he tenido que buscar ingeniero…

Papá, ¿y por qué no le pides de una vez que se case contigo?” Eso digo yo, ¿por qué…?

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Nuevos momentos

graduación 1El 12 de junio es una fecha un tanto voluble en mi calendario personal…

Comenzó siendo una fecha de boda hace ahora 10 años, en la que el Cometa y yo (¡queda oficialmente así bautizado el padre de los Soles!) formalizamos nuestro proyecto de vida. Celebramos felizmente cinco aniversarios, pasamos por un sexto sin sentido, en mitad del divorcio, y en estos últimos cuatro años rellenando la inefable casilla de ‘separada/divorciada’ en los formularios, meramente dejo que el día pase sin más pretensiones.

El Cometa y yo fuimos amigos varios años antes de que se decidiese a besarme, y a ese beso siguieron seis años de noviazgo, otros seis de matrimonio y dos hijos. En doce años ha habido de todo, como en botica, pero cuando nuestra relación empezó a ir fatal, no supe qué hacer con los recuerdos, que tanto me atormentaban, así que metí en un cajón los luminosos y empecé a hacer recuento de los sombríos (en otro tiempo fui humana ;)

Cuando hacía terapia tras el divorcio y me enfrentaba a varios conflictos diarios con el Cometa (¿cómo es posible que con quien has compartido tantos días en armonía, seas incapaz de estar de acuerdo en nada?), Clara me dijo algo que me dejó en cierta forma marcada y que llevo intentado poner en práctica desde entonces: “Estáis definiendo una nueva relación, ¿quieres que sea una continuación de la anterior o prefieres crear una nueva?” Yo no le vi mucho sentido a dejar de tener una vida en común con alguien y conservar sólo lo peor, así que cada vez que iniciamos una nueva discusión intento vernos en nuestra nueva situación, no perpetrando antiguas guerras ya sin sentido… No siempre lo consigo, lo reconozco, pero prometo que me esmero.

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El Segundo Sol y las teorías educativas (y 2)

Estimado Segundo Sol,

Acusamos recibo de las necesidades manifestadas e iniciamos diversos trámites para dar cumplida respuesta a cada una de ellas.

Quedamos a la espera de conocer su satisfacción con las medidas adoptadas y aprovechamos para enviarle un cordial mordisquito.

Atentamente,

Equipo Directivo de la Refamilia

Cada uno a su ritmo

Pues si, cariño, cada uno a su ritmo y yo la primera, que si bien es cierto que no tengo que colocar todos los lego en una formación muy concreta antes de ir a lavarme la cara, también lo es que mi recién descubierto espíritu instagramero me susurra que tengo que fotografiar algo sí o sí, incluso aunque se enfríe la cena ;)

Y he hecho un gran descubrimiento al respecto: para poder ir despacio, necesitamos más tiempo. Tiempo para disfrutar de nuestras cosas propias y entre nosotros. Tiempo para que no tengamos que mirar el reloj constantemente y podamos estar en el ahora sin pensar en lo siguiente.

Me he dado a la loca vida de priorizar y ya no pretendo hacer mil cosas a la vez, sino disfrutar de la que tengo entre manos cada vez. A veces levantarse un poco antes y disponer de ese tiempo es más importante que quedarse diez minutos más en la cama. A veces hay que marcar tiempos para no robarle tiempo a lo siguiente (si se alarga la cena innecesariamente, nos metemos en la ducha atacados, o nos saltamos el cuento, o se me escapa algún grito… y no merece la pena)

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Protocolo de emergencia

Accidente de lego

Guardia imperial accidentado tras chocar su A-wing con una pared de bloques…

Cuando éramos minifamilia y vivía sola con los Soles, a veces imaginaba esta escena: la madre inconsciente (¡o aún peor!) y los niños, tan pequeños, llamándola «mamá, ¡mamá!» sin obtener respuesta, con lágrimas cayendo por sus mejillas al no comprender por qué su madre, siempre solícita, no les atiende… Suena el teléfono varias veces a lo largo de la mañana, pero el interlocutor no alcanza a imaginar la tragedia, y desiste… Pasan las horas, los niños solos, nadie se da todavía cuenta y ellos con pena y hambre…

Pero yo no soy dramática, conste en acta… Digamos que el Primer Sol heredó la parte reflexiva y responsable y el Segundo la imaginativa y creativa. Como la imaginación ya entró en escena, le toca a la responsabilidad representar su papel, y de la posibilidad de que ocurriese algo similar, surgió el primer protocolo de emergencia.

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Momentos prestados

Más que prestados, son momentos compartidos, porque el Cielo los vive en primera persona y yo como embelesada observadora :)

Hace unos días tuve que salir por la tarde y el Cielo se quedó con los Soles. Tuvieron una cena distendida y llegó la hora del baño, y con ella, los mimitos de por la noche (cuando salen de la bañera, por turnos, les siento sobre mis piernas y les someto a un secado amoroso con besos y caricias incorporados; es tan parte de la rutina diaria como lavarse los dientes).

Al salir de la ducha el Primer Sol dijo: “Mamá nos hace mimitos…” Y el Cielo se sentó a los Soles, los secó e inventó las “mimillas”, que vienen a sustituir los besos por cosquillas, pero que tienen el mismo efecto halo de cariño, a la luz de los comentarios de los tres…

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Sensaciones en el camino

No son piedras en el camino sino piedras que hacen camino

Mi mirada y la de la Refamilia contemplan nuestro presente, y sólo pretendía entrar en nuestro pasado en la medida en la que me parecía que enfocaba nuestro futuro, pero me apetece divagar un rato, por un camino que un día tracé y especialmente por tramos que ya no suelo transitar…

Varios de mis amigos están viviendo situaciones muy difíciles con su pareja, y se encuentran, como yo un día, desamparados entre las bambalinas de un escenario ayer seguro y hoy tambalente… quiero dejar aquí algunas reflexiones para que no se las lleve el viento, ni de mi memoria ni de sus consideraciones. Quiero compartir este camino de sensaciones que empezó hace casi 4 años, porque a uno no suelen prepararle para el matrimonio (aunque así lo creamos) y menos para un divorcio: suele llevarse en una intimidad oscura y los que te quieren tampoco saben qué decir o hacer…

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Calendario de la Refamilia

Voy a hacer una confesión: una Refamilia es lío estupendo, y además de mucho amor, se necesita una logística considerable, especialmente en lo que se refiere al calendario. Ya está, ya lo he dicho.

Y haciendo de nuestra capa un sayo, estrenamos categoría en el blog refamiliar, con un nombre de lo más significativo: ¡organización! ¿Y qué vais a poder cotillear aquí? Trucos y apaños (tips en plan chic 2.0) de nuestro arsenal de padres para poner un poco de orden entre vástagos propios y ajenos (y equilibrio mental a nuestro día a día, para qué negarlo)

Atención: Prácticas no testadas fuera del hogar refamiliar; la Refamilia no se responsabiliza en modo alguno del resultado de la aplicación de estas ideas en otras casas ni garantiza resultados similares en otras condiciones educativas.

Nosotros lo primero que necesitamos para organizarnos es saber cuántos vamos a ser para comer, dormir, poner lavadoras, lavavajillas y planificar ocio, y hace tiempo que la Refamilia venía demandando un calendario accesible para todos.

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Alta tensión. Un mar de dudas

alta tensión mar de dudas

Llevo un mes dándole vueltas a este post. Primero estaba todo reciente y era sólo un caos de sentimientos en la gama del azul. Luego la maraña se fue deshaciendo y pude colocar los tonos de azul en su pantone correspondiente, pero se me seguían resistiendo las palabras y sólo puede avanzar los prolegómenos de la tensión: en la Refamilia nos enfrentamos a situaciones que no se dan en una familia sin ‘re’.

Entre aquel post y éste comencé el curso de Hello! Blogging, la tercera parte de Descasados para siempre salió de la carpeta de borradores, celebré un Best Blog y tuve otros enredos que utilizar como excusa mental para no ponerme a escribir sobre esto. Así que supongo que cansado de esperar su turno, hace unos días, finalmente, el post vino a mí.

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Alta tensión. Prolegómenos

Señor con bigote tomando un helado debajo de un paraguas, por el Segundo Sol (julio 2013)

Señor con bigote tomando un helado debajo de un paraguas, por el Segundo Sol (julio 2013)

La Refamilia no sería una familia en condiciones si no tuviésemos dos cosas: gritos de vez en cuando y familia política. Tomen asiento porque aquí empieza, sin saber cuando escribí esta línea, un auténtico manifiesto refamiliar.

En cuanto a gritos, lo estándar, que si me toca a mí jugar, que si yo lo vi primero, que si me ha hablado mal, que si os tomáis ya la leche o dormís en la espesura del bosque… Ya se sabe, cosas de hermanos, casi hermanos y padres poco perfectos…

La familia política en nuestro caso, son «las otras familias» (tchan, tchan, tchaaaaaan), porque a las auténticas familias políticas no les hemos dejado ejercer. Nuestra prioridad eran los niños, que se llevasen bien, que estuviesen felices todos juntos… y la familia predecesora es ya mayorcita: no había que cuidarla tanto. Así que suegros y cuñados han tenido que buscarse un hueco como han podido, porque nadie ha estado nervioso al conocer a «los padres de ella» o a «la familia de él». Y, paradojas de la vida, todo ha ido como la seda, y segundas partes pueden ser mucho mejores que las primeras ;)

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