Hemos montado una banda
Las cosas a veces se imaginan peor de lo que son porque nos empeñamos en ver únicamente la parte negativa; creemos que es muy difícil ser diferente y vivir en un mundo normalizado.
Siempre he tenido mucha miopía. «Mucha» van desde las 10 dioptrías con las que me graduaron a los 2 años, hasta las 24 que llegué a tener con el paso de ellos. Llevé lentillas desde los 5 años y a los 25 me operaron de cataratas. Mis gafas habrían podido protagonizar cualquier sketch, y de hecho lloré al ver algunas cuando tenía una nueva subida de dioptrías. Pero con 14 años, al salir de la consulta en que pasé de las 16 a las 20, le dije a mi madre que no importaba, que tenía miopía pero también inteligencia y otro montón de capacidades. Y desde entonces, tan conforme con mis ojitos, que no iba a tenerlo yo todo ;p
El caso es que nunca lo he vivido como una «desgracia». De alguna forma ha condicionado mi vida (como tantas otras cosas) pero también me ha hecho ser como soy, y aunque preferiría tener una vista perfecta (y los ojos verdes de mi abuela) me gustan las cosas que ha aportado a mi vida la miopía…