Sin ton ni son

Algunos días, me echo de menos.

Creía que ese verbo no podía conjugarse en primera persona, pero sé que hay veces que no estoy aquí, conmigo. Días en que tiro tanto del hilo, que más que un enredo, lo que tengo es un nudo. En el estómago para más señas.

Quiero hacer tantas cosas… quiero hacerlas tan bien… que al final no consigo llenarme de ellas porque estoy pensando en las siguientes, y esos vacíos se llenan de angustia. La angustia es un lastre que me ata a la tierra, no me deja volar, me bloquea, me deja sin fuerzas para terminar posts que se quedan faltos de palabras en borradores, permite que mi crítica interior se adueñe de todas las Anas que habitan en mí y censura duramente cualquier idea. Y no me preocupa sólo que las musas me eludan; estoy tan cansada que mi creatividad de andar por casa creo que está encogiendo…Y esa es tan yo…

Sí, definitivamente, me echo mucho de menos.

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