Co fundadora y CoCEO de mi propia familia. Tantas cosas en la cabeza tenían que salir por algún lado...
¡organización!
La Refamilia subsiste a base de amor y de planificación logística. Y aquí están nuestros trucos, no estamos seguros si recomendados por 9 de cada 10 supernannies…
Guardia imperial accidentado tras chocar su A-wing con una pared de bloques…
Cuando éramos minifamilia y vivía sola con los Soles, a veces imaginaba esta escena: la madre inconsciente (¡o aún peor!) y los niños, tan pequeños, llamándola «mamá, ¡mamá!» sin obtener respuesta, con lágrimas cayendo por sus mejillas al no comprender por qué su madre, siempre solícita, no les atiende… Suena el teléfono varias veces a lo largo de la mañana, pero el interlocutor no alcanza a imaginar la tragedia, y desiste… Pasan las horas, los niños solos, nadie se da todavía cuenta y ellos con pena y hambre…
Pero yo no soy dramática, conste en acta… Digamos que el Primer Sol heredó la parte reflexiva y responsable y el Segundo la imaginativa y creativa. Como la imaginación ya entró en escena, le toca a la responsabilidad representar su papel, y de la posibilidad de que ocurriese algo similar, surgió el primer protocolo de emergencia.
1. f. Prontitud y rapidez con que sucede o se ejecuta algo.
2. f. Necesidad o deseo de ejecutar algo con urgencia.
[…]
andaralguiende~.
1. loc. verb. U. para referirse a quien parece que le falta tiempo para cumplir con las ocupaciones y negocios que tiene a su cargo.
dar~.
1. loc. verb. Instar y obligar a alguien a que ejecute algo con presteza y brevedad.
darsealguien~.
1. loc. verb. Acelerarse, apresurarse en la ejecución de algo.
de~y corriendo.
1. loc. adv. Con la mayor celeridad, atropelladamente, sin detención o pausa alguna.
meteralguien~.
1. loc. verb. Apresurar las cosas.
La que suscribe suele ir de prisa y corriendo. Más por necesidad que por deseo, como todos, aunque he de reconocer que una vez subida al carro, a veces es difícil discernir. Dándole vueltas al tema me descubro altruista, porque mi prisa suele venir motivada por el bienestar de los niños: para que lleguen pronto al cole y puedan desayunar tranquilamente, para que terminen pronto los deberes y puedan jugar, para que terminen pronto la cena y puedan leer, para que se acuesten pronto y puedan descansar. ¿Y hay algún fin mejor que el bienestar de los hijos…?
Voy a hacer una confesión: una Refamilia es lío estupendo, y además de mucho amor, se necesita una logística considerable, especialmente en lo que se refiere al calendario. Ya está, ya lo he dicho.
Y haciendo de nuestra capa un sayo, estrenamos categoría en el blog refamiliar, con un nombre de lo más significativo: ¡organización! ¿Y qué vais a poder cotillear aquí? Trucos y apaños (tips en plan chic 2.0) de nuestro arsenal de padres para poner un poco de orden entre vástagos propios y ajenos (y equilibrio mental a nuestro día a día, para qué negarlo)
Atención: Prácticas no testadas fuera del hogar refamiliar; la Refamilia no se responsabiliza en modo alguno del resultado de la aplicación de estas ideas en otras casas ni garantiza resultados similares en otras condiciones educativas.
Nosotros lo primero que necesitamos para organizarnos es saber cuántos vamos a ser para comer, dormir, poner lavadoras, lavavajillas y planificar ocio, y hace tiempo que la Refamilia venía demandando un calendario accesible para todos.
Cuando juntas los juguetes de cuatro niños “de hoy en día” en una casa, se hacen necesarias medidas de organización al más alto nivel.
En nuestra casa, los juguetes conviven con nosotros en una habitación llamada el cuarto de juegos, que tardé TRES días en organizar. Clics, legos, pet shops, trenes, puzzles, pitufos, pin y pones, plastilina, juegos de té, cocinitas, bebés, animales, dragones y barbies, ¡entre otros!, conviven en perfecta armonía en sus respectivas baldas, cajas, cubos y tuppers.
Y yo, que después de esos tres días de selección, separación y colocación de miles de figuritas y piezas, estaba dispuesta a matar al que mezclase una churra con una merina, puse cartelitos en cada balda, caja, cubo y tupper, y solté una charla preventiva a los principales usuarios de todo el tinglado.
Y hecha la introducción de la loca del orden (una que también tiene cartelitos en los cajones del congelador y tiende la ropa de forma “temática”), ahí va la frase célebre:
Personajes: la Estrella Menor y yo misma.
Situación: En el cuarto de juegos este verano, la Estrella Menor buscaba afanosamente una pet shop. Considero la ocasión perfecta para hacer apología del orden y añadir acólitos a mi secta.
“¿Qué buscas, Estrellita?”
“La tigresita blanca con rayas rojas. Quiero jugar con ella”.
Le contesto, con tono marisabidillo: “¿Y dónde la guardaste ayer?”
“No me acuerdo”.
Y, con la más absoluta condescendencia, empecé un discurso que no era precisamente nuevo: “Si guardaseis las cosas en su sitio, cuando quisieseis jugar otra vez, allí estarían… Cada cajón tiene un cartelito que le puse para que…”
La Estrella Menor, mirándome indignada y abriendo los brazos: “Ya, pero… ¡Es que aún no sé leer!«
Cerré el pico y me puse con ella a buscar a la tigresa…