Alfabetismo
Cuando juntas los juguetes de cuatro niños “de hoy en día” en una casa, se hacen necesarias medidas de organización al más alto nivel.
En nuestra casa, los juguetes conviven con nosotros en una habitación llamada el cuarto de juegos, que tardé TRES días en organizar. Clics, legos, pet shops, trenes, puzzles, pitufos, pin y pones, plastilina, juegos de té, cocinitas, bebés, animales, dragones y barbies, ¡entre otros!, conviven en perfecta armonía en sus respectivas baldas, cajas, cubos y tuppers.
Y yo, que después de esos tres días de selección, separación y colocación de miles de figuritas y piezas, estaba dispuesta a matar al que mezclase una churra con una merina, puse cartelitos en cada balda, caja, cubo y tupper, y solté una charla preventiva a los principales usuarios de todo el tinglado.
Y hecha la introducción de la loca del orden (una que también tiene cartelitos en los cajones del congelador y tiende la ropa de forma “temática”), ahí va la frase célebre:
Personajes: la Estrella Menor y yo misma.
Situación: En el cuarto de juegos este verano, la Estrella Menor buscaba afanosamente una pet shop. Considero la ocasión perfecta para hacer apología del orden y añadir acólitos a mi secta.
“¿Qué buscas, Estrellita?”
“La tigresita blanca con rayas rojas. Quiero jugar con ella”.
Le contesto, con tono marisabidillo: “¿Y dónde la guardaste ayer?”
“No me acuerdo”.
Y, con la más absoluta condescendencia, empecé un discurso que no era precisamente nuevo: “Si guardaseis las cosas en su sitio, cuando quisieseis jugar otra vez, allí estarían… Cada cajón tiene un cartelito que le puse para que…”
La Estrella Menor, mirándome indignada y abriendo los brazos: “Ya, pero… ¡Es que aún no sé leer!«
Cerré el pico y me puse con ella a buscar a la tigresa…