De hijos e hijastros. Normas refamiliares
Hijastros
Andan en las últimas semanas las maternidades y no maternidades revueltas por El estado mental de una mujer que no tiene hijos ni intelectualmente los desea. Estos debates están más que resueltos en mi cabeza (tener hijos no es una elección cuando sólo se conoce una de las opciones, la de tu vida contigo; es imposible imaginar todo lo que va a despertar en ti la maternidad), pero me gustaron las respuestas de madres y especialmente la de padres, así como las reflexiones de mi querida Mamá Vintage. Las suyas invitaron a las mías y, entre amigas, ya se sabe, a veces nacen reflexiones nuevas, incluso de mentes estancadas :)
Nosotros los papeles de hijos, madres y padres los tenemos más o menos ensayados y, aunque sobre el escenario la improvisación es habitual, la función diaria suele acabar con buenas críticas. El público general es cada día más exigente y los actores también (el papel de ser motor de la familia, los hijos lo bordan siempre :) pero la mayor parte de los días la crítica nos trata bien y bajamos el telón entre mimos, risas, algún grito y deseos de buenas noches.
Pero una mañana estás en tu camerino, leyendo por encima lo que los guionistas han preparado para ti en el capítulo de hoy, cuando en vez del clásico «Mamá, a escena» de las 7:30, te encuentras con un «Ana, ¿me peinas?» y tu guión comienza a llenarse de páginas en blanco.
A mí las páginas en blanco (salvo a las que me enfrento teclado en mano) no suelen asustarme. Una es así en todos los ámbitos de su vida; optimista, ingeniosa, aventurera… inconsciente :)
Comenzar un nuevo camino, especialmente si no sólo inicias el paso, sino que lo abres para ti, es una experiencia maravillosa. No tener expectativas previas que cubrir, nadie con quien comparar ni reglas que cuestionar, te obliga a ser consciente de hasta dónde quieres llegar, cómo quieres realmente ser y a explorar límites. Es mucho trabajo, es verdad, pero con mis hijos, a pesar de los ¿manuales? existentes, también tengo mucho, y con mis hijastras sólo tengo que mejorar el estándar de la madrastra de Cenicienta: nadie espera que sea una ‘madrastra de colecho’. Me siento libre. Libre y abrumada, pero libre al fin y cabo :)
En la primera página de mi guión en blanco intenté esbozar alguna definición, y conseguí olvidarme de cuentos en la de madrastra, pero me faltaba una para hijastro…
Hijastro: palabra compuesta por los vocablos ‘hijo’ y ‘astro’. Como en la Refamilia los hijos son Soles y los astros cuerpos celestes, hijastro es un perfecto sinónimo de Estrella. Para ampliar información sobre le etimología de la palabra, sólo hay que seguir este enlace. Para saber cómo se convirtió en un palabra bonita, aquí :) Es importante pronunciar claramente el sufijo -astro, porque además de poner en órbita el parentesco, te recuerda que un hijastro no es un hijo o que una madrastra no es una madre. Puede parecer trivial, pero en el día a día, no siempre lo es.
Las siguientes páginas las llenamos el Cielo y yo con lo que necesitábábamos para iniciar la convivencia con hijos e hijastros: normas comunes para los cuatro.
Estableces algunas como que la mesa la ponen en parejas días alternos y cada uno lleva su plato al fregadero, que al iPad se juega en turnos de diez minutos y los jueguetes se recogen después de jugar entre todos los que han jugado («yo sólo he sacado este clic» ya no vale, señores), y hay que echar una mano con la casa, que es de todos.
Y, aunque parezca mentira, las normas hacen refamila, porque son iguales para todos y todos se sienten partícipes de lo mismo, sin distinción de edad, sexo o padres biológicos. Suele ser más difícil acordarse de todo el repertorio que tenemos y la versión de norma por la que vamos (siempre hay que afinarlas según los ‘motores de la familia’ van encontrando por dónde pulirlas) que saber cuál es tu papel aquí.
Al principio tienes menos reparos en regañar a tus hijos que a tus hijastros, en parte por cómo se sentirá su padre, y en parte porque no quieres ser una madrastra «de las otras» pero con el tiempo te da un poco igual que el que intenta alargar sus turnos de iPad o terminar de recoger el primero sea un Sol o sea una Estrella: la charla cae igual (aunque últimamente necesitamos menos de ésas… debe ir calando el tema del respeto, porque se nos suele adelantar alguno de los niños y llegamos con la charla empezada :)
Quizá esta parte del guión refamiliar no termina en drama por dos razones muy importanes. La primera es que la edad de los niños nos lo ha permitido (tenían 4, 5, 7 y 8 años cuando empezamos a vivir juntos) y aunque una vez la Estrella Menor me preguntó muy seria mientras recogía el lavavajillas que por qué yo la «mandaba», si no era su padre ni su madre, no hemos tenido ningún amotinamiento :)
La segunda es que a la par que cogíamos confianza para regañar, la cogíamos para achuchar y querer, y así la imagen que se formaban los niños de nosotros estaba compensada. No deja de asombrarme lo que nos quieren… El Cielo pega un grito que deja a los cuatro clavados en el sitio y a la media hora están todos subiendo a ducharse a ritmo de conga, siguiendo entre risas sus pasos y la música de su móvil. El Segundo Sol, que es el más díscolo y a quien más dedica el Cielo sus tormentas, llega corriendo del cole y está deseando enseñarle sus cosas. Pongo acelgas para cenar y lanzo mi peor mirada malvada al que susurra una queja y tengo a la Estrella Manor sentada en mis rodillas para tomar el postre. Dedican medio sábado a recoger el cuarto de juegos porque he montado un drama y luego se pelean por caminar de mi mano…
Parece que las páginas en blanco de este capítulo han dejado de estarlo, pero este verano me ha hecho plantearme mucho mis límites como madrastra, que aún no tengo muy claros y que a veces provocan alguna que otra tensión refamiliar entre los mayores, así que en un par de posts me hago con otro guión de páginas inmaculadas y sigo escribiendo…
Nov 09, 2015 @ 12:32:33
Pues qué puedo decir… Que me encanta esta reflexión entre amigas. Y creo que la interfecta no tenía ni idea, igual la de la mente estancada era otra ;) Un beso enorme, repreciosa!
Nov 12, 2015 @ 07:14:18
Tú y yo sabemos que las mentes más maravillosas son las que se comparten, se regalan, se dan a otros más que a sí mismos, y algunas la tienen sólo dedicada a engordar su intelecto y a estar pendiente de su ombligo. Como si la vida fuese sólo de eso…
Con ganas de que tu exposición llegue a Madrid y, sobre todo, de que te traiga a ti.
Un besazo!
Nov 09, 2015 @ 17:49:37
Me he visto Ana, reflejada en tu reflexión sobre madrastra e hijastros porque hace meses me dijiste que yo era muy valiente con atreverme con una adolescente. 14 años tiene ahora, y aunque voy con mucho tiento, y un tropiezo, creo que no vamos mal… su hermano tiene 7 años, que va mucho con la edad de los tuyos, y por eso es más fácil con él. Me ha sorprendido ésta última reflexión tuya, muchas gracias.
Nov 12, 2015 @ 07:21:24
Me queda la reflexión difícil, Raquel, la de los límites como madrastra, que es la que me ha tenido en vilo desde el verano…
También pensé en ti al publicar… sigues siendo mi valiente, y seguro que lo estás haciendo fenomenal, tropiezos incluidos. No sale todos los días, pero hay que tener un filtro que disfrute de lo bueno y relativice lo no tan bueno. En unos años, tendrás que mostrarme tú el camino!
Un abrazo fuerte y mil gracias por estar aquí…
Nov 09, 2015 @ 18:50:48
No debe ser nada fácil y tú haces que lo parezca.
Un beso
Nov 12, 2015 @ 07:24:59
Gracias, Noelia… Ya sabes que el día a día tiene más variedad de la que puedan encerrar las palabras, pero si te fijas en las risas más que en el resto (y lo cierto es que hay muchos más momentos buenos que complicados), todo es muchos más fácil. Será que la actitud también se contagia!
Un besazo!
Nov 10, 2015 @ 00:34:13
Pues a ver cómo te lo explico… (lo del primer enlace no merece comentario, y me ha cansado tanto que no he leído las respuestas). Mejor dicho, explícamelo tú a mí. ¿Cómo lo haces? ¿Cómo lo hacéis? Mis hijos son míos y de mi marido, por suerte o desgracia no hay astros ni astras en esta casa, pero si muchos enfados. Lo de colaborar lo llevan, es decir se hace, pero porque hay obligación. Y llevamos una racha horrible de discutir hasta por qué esta es la hora que es, o por qué tu madre es tu madre. Ya sé, que tengo una adolescente y un pre, pero no te puedes imaginar cómo de cansada y harta termino casi todos los días :(
Aprovecha, haz nudos fuertes, que no lazos que se puedan deshacer. Y disfruta con ellos. Por lo que pueda venir.
P.D.: y aun así, si pudiera, hubiera tenido otros «X» más.
Nov 12, 2015 @ 07:34:01
Ay, Sara, que temo la adolescencia más que el resto de madres (como madre divorciada, como madrastra) La temo y a la vez en cierta manera confío… iremos viendo: no sirve angustiarse por lo que ha de venir si no sabemos las herramientas que tendremos entonces ;)
Cuando hemos entrado en esas dinámicas, nos ha funcionado romper un poco con las rutinas, para ver si se rompe también la racha. Y mucho esfuerzo personal, de levantarte cada mañana sin resaca del día anterior, enfocando el nuevo con buenas expectativas. Lo de acostarse es más difícil, pero si te das un capricho… ;)
Mira, acabo de ponerles a los niños mi canción de hoy para despertarles… entre besos y estribillos, mucho más fácil empezar bien!
Uno muy grande para ti. A tejer esos nudos. Mil gracias, Sara…
Nov 10, 2015 @ 14:09:07
Siempre me reconforta leerte… sabes que este mundo «re» es nuevo, sin reglas marcadas, y aunque lo bonito es construirlas cada uno, de verdad que es reconfortante ver que hay más casos, que se puede, que no es fácil pero se avanza!
Ánimo con cada nuevo reto, ya puedo imaginar que tu silencio de estos últimos meses tiene detrás muchas voces…
Un abrazo enooooorme!
Nov 12, 2015 @ 08:32:32
Y tú sabes que me reconforta a mí también saber que estás ahí, con la misma ilusión y las mismas ganas de inventar la vida.
No, no es fácil, pero tampoco más difícil que otras cosas, no? ;)
Un beso muy muy grande, Yolanda! Voy yo a leer tu no silencio, que seguro que estos meses me he perdido grandes cosas!
Nov 10, 2015 @ 18:02:20
Qué te voy a decir! Que no he leído los artículos «hijos» ni sus respuestas porque no he sacado tiempo pero lo haré pero sí he leído tu reflexión y pienso lo mismo que pensaba cuando empecé a seguirte y a leerte, que lo estáis haciendo fenomenal, porque hay ganas, porque os queréis, porque todo el mundo tiene hojas en blanco que hay que rellenar, tú las tienes con las estrellas pero también con los soles y contigo, y con el Cielo…y quién más quien menos igual que tú.
Ganas, empatía, paciencia y capacidad para saber rectificar, respeto y día a día… U abrazo enorme!!
Nov 12, 2015 @ 08:36:14
Eso es Aroa, yo creo que es la clave: pensar que lo que vivimos no es más que una vida a construir, igual que el resto… y yo elijo quedarme con los trabajos del cole de la familia en la que salimos todos y no pensar en las lavadoras. Los momentos difíciles hacen más valiosos los hermosos, ¿no crees?
Es maravilloso vernos a la luz de tus ojos, Aroa… mil gracias
Ene 13, 2021 @ 05:47:37
Only wanna state that this is extremely helpful, Thanks for taking your time to write this. Tommi Chancey Khichabia