cómo crear una refamilia

De hijos e hijastros. Normas refamiliares

Hijastros

Andan en las últimas semanas las maternidades y no maternidades revueltas por El estado mental de una mujer que no tiene hijos ni intelectualmente los desea. Estos debates están más que resueltos en mi cabeza (tener hijos no es una elección cuando sólo se conoce una de las opciones, la de tu vida contigo; es imposible imaginar todo lo que va a despertar en ti la maternidad), pero me gustaron las respuestas de madres y especialmente la de padres, así como las reflexiones de mi querida Mamá Vintage. Las suyas invitaron a las mías y, entre amigas, ya se sabe, a veces nacen reflexiones nuevas, incluso de mentes estancadas :)

Nosotros los papeles de hijos, madres y padres los tenemos más o menos ensayados y, aunque sobre el escenario la improvisación es habitual, la función diaria suele acabar con buenas críticas. El público general es cada día más exigente y los actores también (el papel de ser motor de la familia, los hijos lo bordan siempre :) pero la mayor parte de los días la crítica nos trata bien y bajamos el telón entre mimos, risas, algún grito y deseos de buenas noches.

Pero una mañana estás en tu camerino, leyendo por encima lo que los guionistas han preparado para ti en el capítulo de hoy, cuando en vez del clásico «Mamá, a escena» de las 7:30, te encuentras con un «Ana, ¿me peinas?» y tu guión comienza a llenarse de páginas en blanco.

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Receta para crear una Refamilia

Marciano, por el Pequeño Sol (oct 2013)

Marciano, por el Segundo Sol (oct 2013)

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A veces la vida te pone en la puerta invitados inesperados, y toca improvisar una receta con los ingredientes que tienes a mano. Quizá no los tienes todos, pero a veces, de momentos en los que la creatividad se pone el delantal, surgen los bocados más deliciosos… Ésta es la receta con la que hemos empezado a crear nuestra Refamilia; hay que tener en cuenta que las cualidades de los ingredientes influirán en el resultado final, y que las cantidades de cada uno variarán a lo largo de la vida de la Refamilia.

Ingredientes

  • Una medida de Ella: mujer de 34 años descasada desde hacía año y medio, con dos hijos. Ya había pasado el duelo del divorcio y empezaba a ser nuevamente Ella, con un recién estrenado trabajo conseguido a golpe de estudio contra viento y marea. Sus Soles son las luces que la habían guiado y sostenido por todas las tinieblas pasadas. Como madre, su preocupación última es enseñar a sus hijos a ser felices, por ellos mismos y por encima de las circunstancias, a disfrutar las pequeñas cosas del día a día y a buscar el aprendizaje en sí mismo, siempre respetando y cuidando de los demás. El resto no es lo primero y ya vendrá.
  • Una medida de Él: hombre de 38 años con un año de ventaja en su estado civil de divorciado, pero aún con camino por recorrer, padre de dos hijas. Centrado en su trabajo y sus niñas, terminaba un Máster que iba favoreciendo su crecimiento personal. Su generosidad y entrega le hacen valedor del apelativo “bueno” entre sus compañeros, aunque a veces aparece “el talibán” cuando no logra hacerse con la situación. Como buen ingeniero, casi todo es medible y susceptible de encaje en algún cuadrante, poco amante de la sorpresa y defensor del control.

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