CFB: Alta cocina española

Hace unas semanas nació entre fogones y baterías un proyecto maravilloso, que aúna la ambición de aprender a cocinar de forma apta para muchos con la de demostrar que, una vez las reconoces e invitas a tu día a día, las dificultades son estupendas aliadas: la Creative Food Band.

Pero las bandacocinandos ya no ensayan en garajes, sino a golpe de tecla, y la nuestra ha sido generosa en de derroche de caracteres: e-mails, grupos secretos, cuentas varias, más e-mails y, finalmente, whatsapps… Lo que hemos cocinado a fuego lento va mucho más allá del plato, y es el principal ingrediente de todo lo que hacemos: amistad.

Aún sigo maravillándome de poder compartir el día a día con mujeres tan excepcionales y no haber visto en persona a buena parte de ellas: el roce hace el cariño, y las yemas de nuestros dedos no dejan de rozar el teclado… Más de un día el Cielo ha llegado a casa esperando encontrar la cena lista y lo que encuentra es a servidora con el trasero apoyado en la encimera y muerta de risa (muchas, muchísimas risas), viendo fotos de platos fallidos, escuchando mensajes de buenas noches de niños con lenguas de trapo, compartiendo agobios, consejos, ánimos, fiebres, experiencias, logros… Guille dice que es increíble todo lo que puede caber dentro de un lápiz, y a mí me alucina todo lo que puede caber dentro de un móvil…

El caso es que me han enredado, señores. Son un encanto, estupendas amigas y las quiero mucho, pero cuando tocaba proponer el reto para la Band de junio, una estaba con un máster, la otra con exámenes, la otra no se atrevía porque era pronto… y yo, que sabía que cualquier mes iba a estar escribiendo este post a deshoras, di un paso al frente y me ofrecí voluntaria. Si yo no pudiese tomar gluten o lactosa, ¿qué es lo que más echaría de menos?, ¿lo que no podría tomar en casi ningún sitio?  Está claro… ¡croquetas!

Plato estrella en la Refamilia (son el «plato chantaje» que utilizo cuando introduzco una nueva verdura, no digo más :) para mí siempre han sido alta cocina, por lo riquísimas que están y por lo laborioso que es prepararlas. Pero fue iniciar mi relación de amor con la thermomix y pasé de comerlas en casa de mi madre o con una caña en un bar, a hacerlas yo misma ¡con estas manitas!

Éstos son los ingredientes para una Refamilia que toma unas 50 croquetas de dos sentadas, pero recomiendo hacer una buena cantidad, porque una vez rebozadas, se pueden congelar e ir sacando a capricho.

Nota de la CEO de la Refamilia: el número de raciones y de lavavajillas diarios han sufrido un incremento considerable en el paso de Minifamilia a Refamilia. Cuando éramos tres (y los Soles más pequeños) todas esas croquetas me daban para 5 cenas, ¡y ahora me dan para dos!

Como punto positivo, diré que ahora tengo un Cielo que las pasa por el huevo mientras yo hago lo propio con el pan rallado… (suspiro de amor)

Ingredientes croquetas sin gluten sin lactosaY para la preparación, dos versiones: con thermomix y de toda la vida, para intrépidos…

Para preparar la masa con thermomix, suelo seguir la receta del libro, que es la que pongo, pero estoy deseando probar ésta de Velocidad Cuchara, que además se puede hacer con Maizena. Después de la receta cuento qué variaciones en los ingredientes introduje yo.

Se pica el relleno elegido (varios toques de turbo con el vaso cerrado para ingredientes duros, como el jamón, y varios segundos a velocidad 5 si es algo más blandito, como el pollo) y se reserva. Picamos también dos huevos duros durante 4 segundos a velocidad 2, que reservamos igualmente.

huevos durosComenzamos la bechamel poniendo en el vaso el aceite de oliva y la mantequilla sin lactosa junto con la cebolla, y programamos 3 minutos, temperatura Varoma, velocidad 3 1/2. Seguidamente tostamos la harina sin gluten incorporándola y programando 1 minuto, 100º, velocidad 2 1/2.

Añadimos la leche sin lactosa, la nuez moscada y la sal (yo calculo media cucharadita de nuez moscada y una cucharadita rasa de sal, en función de lo sabroso que esté el relleno) y mezclamos 10 segundos en velocidad 6. Añadimos un par de cucharadas del relleno elegido para que dé saborcito a la bechamel y programamos 7 minutos, temperatura Varoma, velocidad 4. Dejamos reposar, echamos el resto del relleno y los huevos y mezclamos con una espátula. Es el momento de probar el punto de sal y lo rica que nos ha quedado la masa, que dejaremos enfriar en una fuente.

He llamado a mi madre para que me cuente cómo se prepara la masa de las croquetas de la manera tradicional, aunque no me he fiado de sus «hija, no sé decirte, la cantidad que veas para que espese a tu gusto» y os recomiendo que utilicéis las cantidades dadas…

En una sartén amplia, se vierten el aceite y la mantequilla sin lactosa y se sofríe la cebolla, previamente rallada (llantina asegurada en mi caso :) durante 6 ó 7 minutos, a fuego medio. Incorporamos entonces la harina y la tostamos; es muy importante dedicar varios minutos a remover y cocinar la harina, porque si no la bechamel tendría sabor «a crudo».

Ahora hay que ir añadiendo la leche (mejor caliente) poco a poco y sin dejar de dar vueltas. Mi abuela siempre dice que para que la comida esté rica hay que dar a cada ingrediente su tiempo, y la bechamel no es una excepción: hay que remover durante al menos un cuarto de hora, para que ligue bien y coja todo el sabor. Es bastante fácil que nos queden grumos (especialmente con la cebolla), pero sin complejos se termina la bechamel, se deja enfriar un poco y se pasa por la batidora. Cuando esté lista, se sazona con la nuez moscada y la sal.

A la bechamel se le añade el relleno y los huevos (ambos previamente picados), se mezcla bien y se deja reposar en una fuente.

Masa de croquetas de pescado sin gluten sin lactosa

Para que sea más fácil moldear las croquetas, además de extender la masa en una fuente amplia y cubierta con film transparente para que no se seque, una vez templada, la meto en la nevera un par de horas.

Y (también frase de mi abuela ;) «ahora viene cuando le matan»: moldear y rebozar las croquetas… Sé que sería sin duda la parte más divertida de ver, con lo mañosa que soy yo para esto, pero he sido incapaz de hacer fotos de la delicada operación con los dedos llenos de pan rallado (si hay quorum, prometo subir un vídeo en el post recopilatorio de las recetas de mis compis, que no se diga ;) así que meramente la cuento…

Necesitaremos la fuente con la masa, un plato hondo con tres huevos batidos y una pizca de sal, otro llano con el pan rallado sin gluten y otro más para ir poniendo las croquetas ya empanadas. ¡Y comienza la producción! Con una cuchara, se toma una medida de masa y se pasa por el huevo batido, bañandola bien. A continuación se reboza en el pan rallado y se le da forma (es mucho más sencillo hacerlo con el pan que al principio). Si no queréis acabar con las huellas dactilares ocultas bajo capas de huevo y pan, os recomiendo utilizar tenedores para pasar del plato del huevo al del pan, y utilizar las manos sólo para moldear las croquetas ya empanadas.

A mí me encanta contar las que salen y reservo para freír las que nos vamos a tomar ese día. El resto, en una bolsa de plástico al congelador.

Croquetas de jamón sin gluten sin lactosaY éste es el resultado de mis primeras croquetas de jamón para la CFB, hechas con harina basic mix para celíacos, margarina de aceite de oliva y leche sin lactosa. He de decir que no habría podido invitar a Ruth a probarlas, porque a pesar de mi ilusión, caí demasiado tarde en la cuenta de que el pan rallado de mi despensa tenía gluten :_(

Los Soles y las Estrellas las comieron con el entusiasmo habitual y el Cielo decretó que estaban más ricas que las croquetas con :)

Mis segundas croquetas las hice de merluza y gambas, que previamente cociné al vapor en la varoma de la thermomix (unos 15-20 minutos) y añadí a la bechamel una vez terminada. Para seguir con el descubrimiento de sabores con los que me está sorprendiendo el mundo sin, esta vez utilicé leche de avena y mezclé a partes iguales harina de maíz y de arroz. Las hice redonditas para distinguirlas de las de jamón.

croquetas de pescado sin gluten sin lactosaQuedaron también muy ricas, pero es cierto que la textura de la masa no era la habitual, quizá por la leche de avena, que era una completa, deliciosa y cara desconocida para mí, o por la combinación de harinas. Esta vez iba preparada para todo y compré pan rallado sin gluten… Y así de bien nos las comimos.

croquetas de pescado sin gluten sin lactosaY además de para vosotras, Cristina y Elena, María, Ruth, Paloma y Belén, Laura y Zaira, Silvia, Marta, Yolanda y Ester, esta nueva aventura la quiero compartir con Bea Curras, que hizo nuestra tarta y nos mandó una foto espectacular… ¡A ver con qué creativos ingredientes nos rellenáis las croquetas!

Y ya que me han dado el micrófono, aprovecho para saludar a Eva y a Isa de Barcelona Colours, que nos dieron un empujoncito muy especial, y a Sandra, de Amor en Tokio, que nos dedica, junto a Marta, un post. Y mandar un beso grande, grande, a los ojitos golosos que nos siguen en Facebook, Instagram, Pinterest y Twitter.

Bueno, qué, ¿hay hambre?