Cosas de Refamilia
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Cuando uno tiene una Refamilia no sólo se enfrenta a preguntas tipo cómo se mete un bebé en la barriga de su mamá o cómo se apaña el ratón Pérez para enterarse de que se te cae un diente; nosotros hemos debido de dejar de ser padres amateur y nos han pasado a la categoría profesional, porque aquí el elenco de dudas existenciales infantiles roza casi el surrealismo…
La Estrella Mayor me emocionó preguntándome si quería tener nietastros y la Menor nos montó una boda pitufa sin pestañear, pero eso sólo era para ir abriendo la veda, porque hemos tenido nuevas aportaciones.
El Segundo Sol hace unos días, añadió una pregunta al catálogo: “Mamá, ¿cómo se llama tu abuelastra?” A mí siempre me da la risa, no puedo evitarlo “Cariño, yo no tengo abuelastra…” “¿Se murió?” Obvio. “No, no, que como el avi y la yaya no se han descasado, no tengo…” “Ah… ¿Y bisabuela? ¿Tiene todo el mundo?”
El Primer Sol no debía querer ir a la zaga, porque el mismo día que el regato entró en casa, planteó la duda: “Y si el Cielo y tú os separáis… ¿con quién se queda el gato?” Las mandíbulas de los dos se descolgaron, pero a él debió parecerle algo a considerar dada nuestra prehistoria… Nos recompusimos y en un momento acordamos que la custodia compartida sería lo mejor para el animal, aunque no descarto llevarlo a los tribunales gatunos llegado el caso, porque estamos medio enamorados del regato.
Como éramos pocos, también tenemos externos que generosamente contribuyen a nuestra colección… Hace unos meses invitamos a unas amigas de las niñas a pasar la tarde. Aunque parezca increíble, el Cielo y yo sacamos un minuto para robarnos un beso, pero no debimos ser muy discretos porque al rato se me acercó una amiga de la Estrella Menor con cara de circunstancias y me dijo «Te he visto besar al papá de la Estrella» Pausa dramática… «Y tú no eres su madre» Me pareció oír a lo lejos la música de Falcon Crest, y vi un destello de la mirada de Ángela Chaning en los ojos de la niña. Yo le expliqué algunas cosas, pero me consta que sus padres en el camino de vuelta a su casa fueron sometidos a un tercer grado.
Pero la última, que no venía con pregunta pero que nos tocó el corazón, nos la regaló el Segundo Sol, en la cocina, la misma tarde que el Primero llegó del dentista con caries en dos muelas de leche. Durante la cena le comentaba al Cielo las recomendaciones de la dentista y el Primer Sol añadió, en su defensa, «Pero mamá, la dentista también ha dicho que tener caries es una cosa de familia, que se hereda…» Estaba abriendo la boca para contestar y el Segundo Sol intervino, con ese tono de suficiencia que tienen los niños cuando creen saberlo todo «Pues no» Pose de redicho «El Cielo es nuestro padrastro y él no tiene caries, así que por eso no es«. Y así, señores, es como se derrite un corazón…
No tengo ninguna duda: somos una Refamilia, pero me encanta comprobar que no soy la única que lo siente :)
Maria emeeme
12 enero, 2015 @ 11:08
Ja, ja, ja…
Me he reido mucho con tu post.
Ahora sé que no puedo quejarme de las preguntas de mis hijos.
Lo mio no es nada…
creo que esto os está haciendo fuertes e imaginativos ¿no?
Un beso grande para todos.
María
Ana Refamilia
12 enero, 2015 @ 23:07
Buscando siempre la manera de contar la verdad pero a su nivel de entendimiento del mundo. Pero parece que la verdad suscita muchas preguntas!
Un abrazo muy fuerte, María, y ánimo con tus preguntas :)
Laura
12 enero, 2015 @ 13:25
Me troncho con las preguntas refamiliares. Imaginación no les falta.
Yo me llevé una pregunta difícil de contestar el otro día. La peque, preguntó por qué no estaba en casa la hermana(stra) de una amiguita. Le dije que no estaba porque estaba con su mamá. Su cara fue de sorpresa, porque nunca le habíamos dicho nada, ni falta que hacía, de que no fueran «hermanas» o que mi amiga no fuera su madre. Lógicamente hubo que explicarle que había otra mamá, y que había un sólo papá, y que a veces también pasaba tiempo en casa de mamá. Y no tiene 3 años….
Además, nos ha preguntado también «qué es casado» y «dónde está el papá» de su primita — y están en trámites de descasamiento….
Auguro preguntas dignas de post!
Besos fuertes.
Ana Refamilia
12 enero, 2015 @ 23:10
Pues ya sabes, Laura, a coleccionarlas!
Algunas de las frases que cuento habrían volado ya de mi memoria de no ser por el esfuerzo de recordarlas y transcribirlas. Cuando creo que va a aparecer una, pongo la grabadora mental en marcha!
Me encanta tenerlas aquí y poder recordarlas…
Un beso grande!
cosasdeinfantas
12 enero, 2015 @ 14:42
La cosa pinta muy divertida, Ana… Creo que la pregunta menos complicada en vuestro caso va a ser «¿de donde vienen los niños?»… Pero creo que lo estáis haciendo genial. Un beso gordo
Ana Refamilia
12 enero, 2015 @ 23:18
Pues parece que has adivinado lo que estaba por venir, Cristina!
Esta misma tarde, en el coche, no han preguntado de dónde vienen los niños, porque lo tienen claro, pero están convencidos de que una cosa tan asquerosa no se hace más que en aras de tener hijos :) Y yo que intento no condicionar su sexualidad futura, voy y les digo que no, que cuando dos adultos se quieren mucho, hacen el amor porque les gusta y para estar más unidos, pero no vi venir la siguiente pregunta: «Entonces tú y el Cielo, ¿hacéís el amor?» Silencio atento (creo que hasta la radio ha bajado el volumen, no te digo más). Opto por la sinceridad:
«Sí…»
No te imaginas la conmoción… los dos a coro «¿QUÉEEEEEEE?» «Ya verás cuándo se lo contemos el jueves a las Estrellas, ¡van a flipar!» «¿Y por qué lo hacéis a escondidas?» «¿En serio? ¿De verdad que lo hacéis?» «¿¿¿Pero desnudos???»
Vamos, que he tenido que cortar y decirles que una cosa es que les diga que hacemos el amor y otra es dar detalles…
La próxima vez, les cuento lo de las abejas!!!
Laura
13 enero, 2015 @ 10:02
Jajajaja…. En serio!!! Lo de las abejas reporta menos momentos sonrojantes :-D
Pero yo también soy de las que hay que decir «la verdad», así que…. Un beso.
anita
22 abril, 2015 @ 11:32
faaaaaaaaaaan total jajajajaja
Rosario
13 enero, 2015 @ 04:11
Eres muy generosa Ana, yo ni discutiría lo del gato. En nuestro caso, conocí a mi marido y venía con perro incluido. En el hipotético caso de una separación, podría tener una custodia compartida de nuestra hija, podría acceder a cualquier clase de arreglo material… pero el perro es mío, obviamente.
Ana Refamilia
13 enero, 2015 @ 22:48
Jajajaja! Pues no se hable más, Rosario, el perro para ti!
¿Qué tendrán estos animales que despiertan sentimientos tan profundos? Es muy diferente de lo que sientes hacia una persona, pero en su simplicidad, es tan especial…
Un abrazo, guapísima!
Sara M.
14 enero, 2015 @ 00:24
Después de Nochebuena (el niño Jesús deja cosas para la familia reunida), y antes del día de Reyes, me asalta mi hombretón de 11 años. «Mamá, ¿Puedo pedir un regalo para mi cumple (en julio)?» . Después de gritar, repetir veinte veces, pensar que tengo por hijo un materialista de cuidado… Teniendo en cuenta que ya tenía regalos, y que no sabía lo que le faltaba por recibir en Reyes, al fin, me digné a preguntarle. «Venga a ver, ¿qué es eso tan importante? Que si podéis darme un hermanito pequeño». A mí se me rompe el corazón, porque por mi hubiera sido si, pero hay circunstancias en la vida que no lo hacen posible. Así que le digo que no viene y no podemos hacer nada, y me dice, «Bueno, pero ¿Podéis intentarlo al menos? ¿Desde que yo nací lo habéis intentado alguna vez?» . Y entonces es cuando te dan ganas de hablarle de tu vida sexual a tu hijo de 11 años pero piensas que mejor que no…
Ana Refamilia
14 enero, 2015 @ 23:01
Siempre nos sorprenden, Sara… les inculcamos valores que no caen en saco roto, que hacen poso en su ser y luego traslucen en su día a día, en sus acciones y sus pensamientos… Y tu hombretón es sensible y generoso, seguro que como tú le has ido enseñando a ser.
Quizá no puedas contarle tu vida sexual, pero quizá sí tu realidad o tus sentimientos, con palabras sencillas, poniéndole algún ejemplo para que te entienda mejor.
El Primer Sol me pide muchas veces un hermano; dice que como sería hermano suyo y hermano de las Estrellas, los cinco serían hermanos. Es un niño tan bueno y cariñoso, cuida tanto de los bebés, que se me parte el corazón dándole razones que a todas luces no son válidas para él.
Ojalá pudiésemos vivir más tiempo en el mundo sencillo y verdadero de los niños… no hay que hacerles crecer pronto, pero sí podemos compartir un poquito nuestros sentimientos con ellos, ¿no crees?
Un abrazo muy muy fuerte, Sara, mil gracias por compartirlo. Y un besazo para ese hombretón tan maravilloso que tienes
Sara M.
14 enero, 2015 @ 00:14
Jajajajaja
La mejor conclusión: ¡Tú ni entras en las opciones a «transmitir» nada!
Sara M.
15 enero, 2015 @ 00:35
Ay, que compartes conmigo más de lo que nos gustaría.
En cualquier caso, geniales las frases de tus soles y estrellas. Lo de las nietrastras ya me llegó al fondo en su momento. ¡Besos!
laura
25 enero, 2015 @ 21:19
Estos niños vuestros son la bomba, además son 4 y se dan ideas…me gustaría verles por un huequito cuando se juntan los cuatro las conversaciones que pueden llegar a tener, ¿verdad?
Sois una refamilia genial!
Besos,
Laura
Ana Refamilia
26 enero, 2015 @ 08:49
Yo me debato entre la curiosidad y su intimidad, pero alguna llega a mis oídos! Aunque últimamente son ellos los que quieren escuchar las conversaciones «de mayores», no creas, así que tendremos que tener cuidado nosotros!
En dos días Inés se hace merecedora de su propio espacio de frases célebres, ya verás ;)
Un besazo!