Yo misma…

Desde que la idea del blog nació y fue teniendo visos de realidad, fue la Refamilia su leitmotiv. Nuestro momento vital es tan especial y complejo a la vez, que necesito de alguna manera capturarlo, meditarlo y saborearlo; poder llevar algo así como un diario de nuestra vida para su futura consulta, para el Cielo y para mí, para los Soles y Estrellas… Tenía además la secreta aspiración de poder servir de inspiración a otras personas, familias de cualquier índole que encontrasen en nuestra experiencia una pista, un consuelo, una complicidad.

Soy de las que cree que no tiene sentido aventurarse a lo desconocido sin un maestro, alguien que ya haya recorrido parte del camino que tú vas a empezar, que te ayude a avanzar más rápidamente, a sortear los obstáculos con los que otros ya tropezaron. Luego, cuando tú mismo ya hayas dado muchos pasos, habrás aprendido lecciones nuevas que tu maestro no te enseñó porque no hay dos caminos iguales.

Con este espíritu comencé mi curso en Hello! Creatividad. Cuando aún coqueteaba con la idea del blog, vi que Bea, la autora de Con botas de agua, había iniciado un original proyecto con las creadoras de otros blogs, Mar y María, de Sonambulistas, y Begoña, de Tea on the Moon. Ni media duda, éste era mi curso, así que mi autoregalo de Reyes 2013 ya estaba adjudicado mes y medio antes: quería tener un blog tan extraordinario como los suyos, aprender a organizarme, a crear preciosos iconos, a hacer composiciones fotográficas, resolver mil dudas… Y así, tras semanas de espera y con el blog bosquejado, inauguré este lunes un cuaderno en blanco home-made con un burdo intento de scraptbook (no podía ser de otra manera…)

cuaderno de inspiración

Y estas mujeres maravillosas, con su conocimiento, su experiencia y su generosidad, en esta semana me han hecho reflexionar sobre qué tengo que aportar, cómo soy, lo que me inspira, lo que me hace única, lo que me motiva, cómo es mi ADN creativo…

Creía que lo tenía claro, pero gracias a este curso de autoconocimiento disfrazado de Hello! Blogging, ya sé de qué va el blog, mes y medio después de su creación…

Va de que necesito compartir las cosas que suceden en mi día a día, porque las veo con ojos asombrados y las considero extraordinarias… No porque realmente lo sean, sino porque a veces veo la magia que subyace en un gesto, en una risa compartida, en una mirada de niño. Y quiero que otras personas también lo vean, porque si ves todo lo pequeño y bueno que hay en la vida, es maravillosamente sencillo ser feliz. Tengo una amiga muy querida que dice que soy una de las personas más positivas que conoce, que tengo mucha fuerza. De aquí nace, Vane. Sé que es más fácil decirlo que llevarlo a cabo, y que no todos los días son fáciles, pero hay que tener los ojos y el corazón muy abiertos.

Va de que pongo amor en las cosas que hago. No sé hacerlo de otra manera. Cualquier cosa que hago que de verdad me importa, lleva algo de mí. Lleva mi tiempo, muchas idas y venidas de ideas en mi cabeza, mis manías perfeccionistas, lleva la ilusión de pensar en el resultado y en el destinatario, mi deleite en el detalle, lleva mi pasión por la vida, mi sentido del humor… No me pesa tardar tres días en hacer una caja de magia o dedicar toda una tarde a sortear mimitos. Es pasar tiempo conmigo, tiempo silencioso, compartido con esas partes de mí misma que en el día a día se ven relegadas por horarios poco cariñosos.

Va de que creo firmemente que todo lo que merece la pena conlleva un esfuerzo. Y la Refamilia merece pocas penas y todas las alegrías que hagan falta. Y que aunque no sé “dónde me meto”, día a día el Cielo y yo nos dejamos las ilusiones, las ideas, las inspiraciones, las risas y alguna que otra lágrima para que todo vaya bien. Y todos los días, claro, porque nosotros también hemos aprendido, a costa de un cachito de vida, aquello tan trillado de que el amor es una planta que hay que regar cada día.

Va de que estoy aprendiendo a ser feliz (espero…) Estamos aquí para hacer felices a los demás y quiero que la gente maravillosa con la que comparto mi vida sepa serlo. La felicidad no es algo que viene un día a tu vida con un coro de querubines, es algo que hay que saber ver en las cosas de la vida. Nota: todo esto no aplica en los días hormonalmente revueltos: esos días el mundo es asco y no hay más que esperar los dos días de rigor en la certeza de que la cordura volverá a tu vida

Llevo una semana de curso y “sólo” he descubierto de qué va el blog. Y va de mí.

de mí

P.S: Por favor, remitidme a este post los días que amanezca nublado…