Situación: esta misma noche, antes de acostarnos. Esta semana la tenemos a tope de médicos y tareas escolares, así que aprovecho el final del día para actualizar agendas…
«Cariño, el jueves iremos un poco más tarde al cole porque te tienen que hacer un análisis de sangre.«
Han pasado tres días desde que llegaron los Reyes Magos, y una que es afortunada en amores, sigue recibiendo regalos… El de hoy me lo concede mi amiga Lorena, que ha publicado esta maravilla de post en su blog: ¿Tú crees en la magia?
No tengo palabras para expresar lo honrada que me siento. Mil gracias…
Como anticipa Lorena, la Magia de los Reyes Magos fue uno de los momentos más mágicos de estos días… El Segundo Sol desenvolvió su regalo, miró la caja y dijo «Tiene una C, ¡mi letra!» y la abrió con cuidado. «¡Un diploma!» Les encantan los diplomas, porque a veces les hago algunos en vacaciones, de titulación tan variada como a la más bailonga, al más lento comiendo, al más creativo, a la más colaboradora, al más responsable… incluso almás llorica, que a veces está reñido… «Creo que es una carta de los Reyes, ¿quieres que te la lea?«.
Se la estuve leyendo despacio, entonando mucho y poniendo énfasis en la Magia de la Imaginación. Él mientras jugaba con su dragón nuevo, y yo pensaba que no estaba escuchando. Era una de las posibilidades. De hecho, no era la peor, porque no parecía decepcionado. Cuando terminé anunció «Soy mago, mamá» y mi sonrisa ocultó lágrimas de madre. El Primer Sol y las Estrellas también habían puesto la oreja (no todos los días los Reyes escriben a alguien de la familia), e hicieron preguntas, valorando la cantidad de Magia que ellos mismos poseían.
En general disfrutamos de una Refamilia feliz, pero a veces se viven momentos muy complicados… Incluso en esos en los que hay que reprimir las ganas de llorar y en los que un abrazo es una tabla de salvación, hay sitio para una sonrisa :) Uno de los momentos especiales y terapeúticos de estos días ha sido preparar una caja morada de Magia para el Segundo Sol.
Podría pensarse que el crío pidió la Magia de los Reyes Magos y se olvidó del tema, pero hemos tenido Magia todos los días… «Jo, chicos, qué cansada estoy con tanto preparativo«. «No te preocupues, Mamá, que cuando los Reyes me traigan la Magia te voy a hacer un robot que cocine, ponga el lavavajillas… y nosotros no pondremos más la mesa ni recogeremos nuestro plato«. No sé que opinará el sindicato de robots imaginarios de estas condiciones laborales…
Me chiflan los Minions, y comenté que quería tener uno, pero uno de verdad, como en la peli, no un muñeco. El Primer Sol «Pero Mamá, son sólo dibujos, no puedes tener uno de verdad«, y Segundo Sol al rescate del Reino de Fantasía: «Mamá, yo te hago uno con mi Magia«. Pues me encantaría, la verdad…
No es que necesite ayuda, es que ¡necesito un milagro de los de película yanqui de Navidad!
El viernes toda la clase del Segundo Sol fue en peregrinación al buzón de correos que hay en frente del colegio a echar la carta a los Reyes Magos. Este año los Soles y las Estrellas pasan Nochebuena y Navidad en sus otras casas y Nochevieja y Reyes en refamilia, así que estos días hablamos por Skype.
«Cariño, la profe me ha mandado una foto y te he visto echar la carta en el buzón… ¿qué le has pedido a los Reyes?«
«Magia, un ghzhdz de Skylanders«, que no sé lo que es… para que no se dude de la veracidad de la conversación, otras tres ó cuatro cosas más dicha tipo lista de los reyes godos «y unos propulsores«.
«¿Propulsores?«
«Sí, para montarme«
Busco una salida honrosa a los propulsores inexistentes en el mercado y, en cualquier caso, fuera de mi alcance y de mi intención de no ir a urgencias más de lo estrictamente necesario: «Ahhh… Pues son muchas cosas, ¿no?, a lo mejor no te lo traen todo…«
«Lo que seguro, seguro me traen es la Magia.«
Vaya, no me había dado cuenta de ésa…: «¿La Magia?«
«Sí, eso lo tienen… les he pedido que me traigan su Magia, la Magia de los Reyes Magos.«
Por favor, oxígeno y desfibrilador… «Pero cariño… ¿cómo te lo van a traer?, ¿en qué viene eso, si la magia no se ve?«
«Lo traen en una caja morada. Mamá, ya lo verás.«
No sé cómo vamos a salir de ésta, de verdad… ¿Alguien sabe dónde venden propulsores…?
Cuando al Primer Sol le dijimos que ya no estábamos casados, acuñó el término descasados, que a nosotros nos ha resultado muy apropiado, infinitamente superior a divorciados. Así fue como mis hijos vivieron el divorcio, y estos son retazos de sus reflexiones solares:
Primer Sol, a los pocos meses del divorcio: “Mamá, ¿la gente descasada se puede volver a casar?”. “¿Entre ellos o con otras personas?”. “Entre ellos otra vez”. “Bueno, sí, se pueden casar otra vez, pero es muy difícil enamorarse dos veces de la misma persona”. “¿Para casarse hay que estar enamorado?”. Ángel mío. “Si, cielo, hay que estar muy enamorado, es muy importante”. “Ah”. Ni idea de lo que es estar enamorado, claro, pero precisamente por eso, muy difícil de rebatir…
A veces la vida te pone en la puerta invitados inesperados, y toca improvisar una receta con los ingredientes que tienes a mano. Quizá no los tienes todos, pero a veces, de momentos en los que la creatividad se pone el delantal, surgen los bocados más deliciosos… Ésta es la receta con la que hemos empezado a crear nuestra Refamilia; hay que tener en cuenta que las cualidades de los ingredientes influirán en el resultado final, y que las cantidades de cada uno variarán a lo largo de la vida de la Refamilia.
Ingredientes
Una medida de Ella: mujer de 34 años descasada desde hacía año y medio, con dos hijos. Ya había pasado el duelo del divorcio y empezaba a ser nuevamente Ella, con un recién estrenado trabajo conseguido a golpe de estudio contra viento y marea. Sus Soles son las luces que la habían guiado y sostenido por todas las tinieblas pasadas. Como madre, su preocupación última es enseñar a sus hijos a ser felices, por ellos mismos y por encima de las circunstancias, a disfrutar las pequeñas cosas del día a día y a buscar el aprendizaje en sí mismo, siempre respetando y cuidando de los demás. El resto no es lo primero y ya vendrá.
Una medida de Él: hombre de 38 años con un año de ventaja en su estado civil de divorciado, pero aún con camino por recorrer, padre de dos hijas. Centrado en su trabajo y sus niñas, terminaba un Máster que iba favoreciendo su crecimiento personal. Su generosidad y entrega le hacen valedor del apelativo “bueno” entre sus compañeros, aunque a veces aparece “el talibán” cuando no logra hacerse con la situación. Como buen ingeniero, casi todo es medible y susceptible de encaje en algún cuadrante, poco amante de la sorpresa y defensor del control.
Los seis en la cocina. La Estrella Mayor practica con la guitarra Greensleves, mientras el resto baila, a ratos cada uno a su aire, a ratos copiándose unos a otros. El Cielo y yo improvisamos una especie de vals, mirándonos, sonriéndonos. Los pequeños se acercan e intentan bailar a nuestro alrededor. Los voy cogiendo en brazos uno a uno y bailo con ellos. Más risas, besos…
Situación: enésimo «tóoooomate la leche» 5 minutos antes de salir por la mañana hacia el cole; la tensión ha ido en aumento en los 10 minutos anteriores, yo estoy al borde de la histeria y supernanny olvidada en el hemisferio izquierdo del cerebro junto con mi cordura.
«Termínate ya la leche, que al final llegamos tarde…»
«No te enfades, mamá, que yo te quiero mucho» (una de las últimas bazas que juega el Segundo Sol últimamente, y ablanda un poco, las cosas como son).
«Pues quiéreme un poco menos y hazme más caso» (lo sé, ya soy 100% madre)
Y el Segundo Sol, rompiendo a llorar con lágrimas de verdad: «Mamá, ¡¡yo no te puedo querer menos!!»
Y yo sin saber si reír o llorar, abrazándole :) Supongo que tampoco podrá hacerme más caso…
Ciudad del Segundo Sol (jul 2013). Gusano del Primer Sol (2009)
Hoja en blanco, cabeza bulliciosa, ánimo elevado -“todos los caminos empiezan con un primer paso”- y expectación a raudales. Sobre todo, expectación, porque ni la que suscribe sabe sobre qué va a versar este primer post… ventajas de ser mujer, supongo ;)
No puedo decir que esté en un momento importante de mi vida, porque a la postre todos lo son por una razón u otra, pero sí es un momento en el que confluyen cosas relevantes, a saber:
Tengo dos Soles maravillosos que iluminan mi vida: guían mis pasos, mis decisiones, mis ilusiones… Se supone que debería ser al revés, y formalmente lo es, pero ellos son la base de todo. Siempre han sido luz y calor en cualquier oscuridad.
Tengo un Cielo sobre el que puedo pintar cualquier escenario, porque él lo sostendrá. Mi par, que no mi igual, al que no encontré en un baile encantado ni es el primero con el que he bailado, pero con el que espero bailar toda la vida. La imagino pasar en imágenes como si estuviese en mitad de un río, y cuando miro a mi lado, siempre le veo junto a mí, como dos piedras juntas en el cauce cambiante.
Mi Cielo tiene dos Estrellas que también iluminan mi vida, aunque desde algo más lejos que mis Soles. Es maravilloso descubrir una estrella y conseguir acercarla a ti. A los Soles y las Estrellas les encantan brillar juntos…
El Cielo, los Soles, las Estrellas y servidora se han montado un cosmos propio. Sí, sí, de verdad, que uno puede ponerse el mundo por montera y hacerse uno a su medida. El nuestro está en rodaje, y no se nos da mal esto de ser demiurgos de nuestra propia vida, a pesar de que “no sabíamos dónde nos metíamos”. Quizá por eso, porque no había mucha literatura ni práctica dogmática al respecto y tenemos que inventarnos las reglas cada día, no ha sido tan difícil. Y cuando juntas dos medias familias, para los que no son de letras, obtienes una refamilia.