refamilia

Hay cosas que pasan en todas las familias y cosas de Refamilia :)

Alta tensión. Un mar de dudas

alta tensión mar de dudas

Llevo un mes dándole vueltas a este post. Primero estaba todo reciente y era sólo un caos de sentimientos en la gama del azul. Luego la maraña se fue deshaciendo y pude colocar los tonos de azul en su pantone correspondiente, pero se me seguían resistiendo las palabras y sólo puede avanzar los prolegómenos de la tensión: en la Refamilia nos enfrentamos a situaciones que no se dan en una familia sin ‘re’.

Entre aquel post y éste comencé el curso de Hello! Blogging, la tercera parte de Descasados para siempre salió de la carpeta de borradores, celebré un Best Blog y tuve otros enredos que utilizar como excusa mental para no ponerme a escribir sobre esto. Así que supongo que cansado de esperar su turno, hace unos días, finalmente, el post vino a mí.

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Alta tensión. Prolegómenos

Señor con bigote tomando un helado debajo de un paraguas, por el Segundo Sol (julio 2013)

Señor con bigote tomando un helado debajo de un paraguas, por el Segundo Sol (julio 2013)

La Refamilia no sería una familia en condiciones si no tuviésemos dos cosas: gritos de vez en cuando y familia política. Tomen asiento porque aquí empieza, sin saber cuando escribí esta línea, un auténtico manifiesto refamiliar.

En cuanto a gritos, lo estándar, que si me toca a mí jugar, que si yo lo vi primero, que si me ha hablado mal, que si os tomáis ya la leche o dormís en la espesura del bosque… Ya se sabe, cosas de hermanos, casi hermanos y padres poco perfectos…

La familia política en nuestro caso, son «las otras familias» (tchan, tchan, tchaaaaaan), porque a las auténticas familias políticas no les hemos dejado ejercer. Nuestra prioridad eran los niños, que se llevasen bien, que estuviesen felices todos juntos… y la familia predecesora es ya mayorcita: no había que cuidarla tanto. Así que suegros y cuñados han tenido que buscarse un hueco como han podido, porque nadie ha estado nervioso al conocer a «los padres de ella» o a «la familia de él». Y, paradojas de la vida, todo ha ido como la seda, y segundas partes pueden ser mucho mejores que las primeras ;)

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Maneras de querer

Cuando éramos minifamilia, inventé con los Soles un código para decirnos te quiero cuando íbamos de la mano por la calle: un simple apretón en la mano del otro. Así, nos queríamos más cuanto más conseguíamos aplastar los dedos del ser amado. Nos queríamos de repente al cruzar la calle o al subir las escaleras, a veces uno quería primero y luego el otro le correspondía. Y con cada apretón, invariablemente, una sonrisa :)

Cuando el Cielo y yo empezamos a cogernos de la mano y a tocarnos el corazón, le susurré esta nueva forma de amor, que él a su vez enseñó a las Estrellas…

La mañana de Reyes iba con la Estrella Menor de la mano, después de comer, y se la apreté. Ella me miró y me devolvió el apretón. Al momento, frunció un poco el ceño y me dijo: «Bueno, te quiero pero sólo un poquito, porque quiero mucho a mi mamá…» «¿Sabes lo mejor del amor, Estrellita? Que puedes querer a muchas personas toooodo lo que tú quieras, porque no tienes que repartirlo: siempre tienes más y más.» Segundos de reflexión, nueva sonrisa y nuevo apretón…

4.Estrella Menor

Carta de los Reyes Magos

En general disfrutamos de una Refamilia feliz, pero a veces se viven momentos muy complicados… Incluso en esos en los que hay que reprimir las ganas de llorar y en los que un abrazo es una tabla de salvación, hay sitio para una sonrisa :) Uno de los momentos especiales y terapeúticos de estos días ha sido preparar una caja morada de Magia para el Segundo Sol.

Podría pensarse que el crío pidió la Magia de los Reyes Magos y se olvidó del tema, pero hemos tenido Magia todos los días… «Jo, chicos, qué cansada estoy con tanto preparativo«. «No te preocupues, Mamá, que cuando los Reyes me traigan la Magia te voy a hacer un robot que cocine, ponga el lavavajillas… y nosotros no pondremos más la mesa ni recogeremos nuestro plato«. No sé que opinará el sindicato de robots imaginarios de estas condiciones laborales…

Me chiflan los Minions, y comenté que quería tener uno, pero uno de verdad, como en la peli, no un muñeco. El Primer Sol «Pero Mamá, son sólo dibujos, no puedes tener uno de verdad«, y Segundo Sol al rescate del Reino de Fantasía: «Mamá, yo te hago uno con mi Magia«. Pues me encantaría, la verdad…

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Receta para crear una Refamilia

Marciano, por el Pequeño Sol (oct 2013)

Marciano, por el Segundo Sol (oct 2013)

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A veces la vida te pone en la puerta invitados inesperados, y toca improvisar una receta con los ingredientes que tienes a mano. Quizá no los tienes todos, pero a veces, de momentos en los que la creatividad se pone el delantal, surgen los bocados más deliciosos… Ésta es la receta con la que hemos empezado a crear nuestra Refamilia; hay que tener en cuenta que las cualidades de los ingredientes influirán en el resultado final, y que las cantidades de cada uno variarán a lo largo de la vida de la Refamilia.

Ingredientes

  • Una medida de Ella: mujer de 34 años descasada desde hacía año y medio, con dos hijos. Ya había pasado el duelo del divorcio y empezaba a ser nuevamente Ella, con un recién estrenado trabajo conseguido a golpe de estudio contra viento y marea. Sus Soles son las luces que la habían guiado y sostenido por todas las tinieblas pasadas. Como madre, su preocupación última es enseñar a sus hijos a ser felices, por ellos mismos y por encima de las circunstancias, a disfrutar las pequeñas cosas del día a día y a buscar el aprendizaje en sí mismo, siempre respetando y cuidando de los demás. El resto no es lo primero y ya vendrá.
  • Una medida de Él: hombre de 38 años con un año de ventaja en su estado civil de divorciado, pero aún con camino por recorrer, padre de dos hijas. Centrado en su trabajo y sus niñas, terminaba un Máster que iba favoreciendo su crecimiento personal. Su generosidad y entrega le hacen valedor del apelativo “bueno” entre sus compañeros, aunque a veces aparece “el talibán” cuando no logra hacerse con la situación. Como buen ingeniero, casi todo es medible y susceptible de encaje en algún cuadrante, poco amante de la sorpresa y defensor del control.

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Momentos para el recuerdo

Los seis en la cocina. La Estrella Mayor practica con la guitarra Greensleves, mientras el resto baila, a ratos cada uno a su aire, a ratos copiándose unos a otros. El Cielo y yo improvisamos una especie de vals, mirándonos, sonriéndonos. Los pequeños se acercan e intentan bailar a nuestro alrededor. Los voy cogiendo en brazos uno a uno y bailo con ellos. Más risas, besos
3. Estrella Mayor

Al principio todo era caos… Génesis de mi Mundo

Ciudad del Segundo Sol (jul 2013). Gusano Primer Sol (2009)

Ciudad del Segundo Sol (jul 2013). Gusano del Primer Sol (2009)

Hoja en blanco, cabeza bulliciosa, ánimo elevado -“todos los caminos empiezan con un primer paso”- y expectación a raudales. Sobre todo, expectación, porque ni la que suscribe sabe sobre qué va a versar este primer post… ventajas de ser mujer, supongo ;)

No puedo decir que esté en un momento importante de mi vida, porque a la postre todos lo son por una razón u otra, pero sí es un momento en el que confluyen cosas relevantes, a saber:

  • Tengo dos Soles maravillosos que iluminan mi vida: guían mis pasos, mis decisiones, mis ilusiones… Se supone que debería ser al revés, y formalmente lo es, pero ellos son la base de todo. Siempre han sido luz y calor en cualquier oscuridad.
  • Tengo un Cielo sobre el que puedo pintar cualquier escenario, porque él lo sostendrá. Mi par, que no mi igual, al que no encontré en un baile encantado ni es el primero con el que he bailado, pero con el que espero bailar toda la vida. La imagino pasar en imágenes como si estuviese en mitad de un río, y cuando miro a mi lado, siempre le veo junto a mí, como dos piedras juntas en el cauce cambiante.
  • Mi Cielo tiene dos Estrellas que también iluminan mi vida, aunque desde algo más lejos que mis Soles. Es maravilloso descubrir una estrella y conseguir acercarla a ti. A los Soles y las Estrellas les encantan brillar juntos…
  • El Cielo, los Soles, las Estrellas y servidora se han montado un cosmos propio. Sí, sí, de verdad, que uno puede ponerse el mundo por montera y hacerse uno a su medida. El nuestro está en rodaje, y no se nos da mal esto de ser demiurgos de nuestra propia vida, a pesar  de que “no sabíamos dónde nos metíamos”. Quizá por eso, porque no había mucha literatura ni práctica dogmática al respecto y tenemos que inventarnos las reglas cada día, no ha sido tan difícil. Y cuando juntas dos medias familias, para los que no son de letras, obtienes una refamilia.